Bankinter lleva tiempo atendiendo a problemáticas sociales dentro de su política de sostenibilidad. Por un lado, lleva desarrollando estrategias de accesibilidad, tanto en la red y en el móvil (con servicios de videollamada en lenguaje de signos, pro ejemplo), como en sus oficinas, habiendo llegado al punto de que el 99,5% de sus sucursales sean oficinas sin barreras. También viene actuando para reducir su impacto medioambiental, calculando su huella de carbono e implantando medidas para reducirla, así como plantando, en colaboración con la Fundación +Árboles, de un bosque de 960 árboles (Bosque Bankinter) para compensar por sus emisiones. El objetivo para 2020 es la neutralidad en las emisiones.
El siguiente paso lo esta dando en el madrileña barrio de Chamberí, y pasa por aunar tanto accesibilidad como neutralidad medioambiental, en lo que denominan la oficina sostenible. Tras calcular su huella de carbono durante 2010 (que da una impresionante cifra de 10 toneladas de CO2 anuales), e implementar todas las medidas para hacerla abierta y accesible, la entidad actuara siguiendo el Sistema de Gestión Ambiental que ya emplea en sus centros principales para buscar la viabilidad entre ofrecer una sucursal abierta a todos sus grupos de interés, accesible para todo el mundo y eficiente medioambientalmente al mismo tiempo.
Desde estos criterios, se volverá a medir la huella de carbono para determinar las medidas y estrategias mas eficientes, tanto desde un punto de vista medioambiental como social, para poder exportarlas al resto de sucursales de Bankinter. Sin duda, junto con su política de proveedores - a los que exigen mediante cláusulas en sus respectivos contratos, que desarrollen una actividad ética y socialmente responsable -, se trata de una iniciativa que seguramente arrojará resultados muy interesantes.
Bankinter y la sucursal sostenible