Tras el proceso de recuperación del paciente con daño cerebral sobrevenido, es importante conocer las secuelas que persisten, pero también las capacidades que el sujeto conserva. Esto nos va a permitir continuar con el proceso de rehabilitación desde un punto de vista compensatorio, alejándonos del objetivo restaurador que perseguimos en estadios iniciales tras el momento de la lesión.
Es necesario que el continuo de la intervención con el paciente no termine con la finalización de las sesiones de terapia en el centro rehabilitador, sino que se deben tener en cuenta las necesidades que presentará el paciente al alta, cuando regrese a su domicilio. Es por eso que el equipo multidisciplinar debe elaborar una serie de propuestas al alta que permitan que el paciente pueda vivir de la forma más independiente posible.
Una de las opciones que nos presenta el mercado, de la mano de los avances tecnológicos, es la Domótica. Podríamos traducir esta palabra como "casa que funciona por sí misma". Existen a disposición del usuario multitud de soluciones tecnológicas que permiten el control del entorno de una forma lo más adaptada posible a las capacidades del paciente y a sus necesidades incluyendo, por supuesto, la descarga del cuidador.
Las propuestas domóticas abarcan desde soluciones sencillas a otras que entrañan más complejidad. El control del entorno se puede centralizar en un mando con una serie de teclas que corresponden a diferentes acciones como abrir una puerta, cerrar una persiana, encender el televisor, etc. Dicho mando se puede adaptar para poder ser manejado sin necesidad de controlarlo manualmente, por ejemplo, a través de la voz, del soplo, etcétera. Incluso a través del teléfono móvil se puede llegar a conseguir acceder a multitud de funciones de control del entorno.
Dado el elevado coste económico que supone este tipo de adaptaciones, es recomendable contar con el asesoramiento profesional, por ejemplo, de un terapeuta ocupacional, especialista en adaptación del entorno, que, en comunicación con el especialista en domótica, realice las recomendaciones oportunas de acuerdo a las necesidades y capacidades del paciente. De nada sirve colocar aplicaciones tecnológicas si el paciente no va a poder manejarlas. Por otro lado, no sólo hay que asegurarse de que el paciente pueda manejarlo, sino que es imprescindible ajustar las adaptaciones a lo que realmente necesita el paciente, para no pecar por exceso o por defecto perjudicando con ello al usuario y al cuidador.
Es importante que los pacientes y familiares de personas con daño cerebral sobrevenido sean correctamente informados de todas las opciones que existen para que, cuando la persona vuelva a su domicilio, pueda continuar con su vida de la forma más independiente posible y, en algunas ocasiones, este tipo de ayudas son las que marcan la diferencia. El hecho de que una persona que ha sufrido un daño cerebral participe al máximo en las ocupaciones de su vida cotidiana en función de sus capacidades, permite a dicha persona mantener sus roles, aumentar su autoestima y sus sentimientos de utilidad y de control sobre su vida. Por otro lado, puede suponer una descarga importante al cuidador aumentando con ello la calidad de vida y fomentando que, paciente y cuidador, puedan dedicar más tiempo a actividades satisfactorias que les permitan disfrutar al máximo sus vidas.
Domótica y salud van de la mano