El año 2010 nos dejó una buena noticia medioambiental, el sistema eléctrico español ha producido unas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) equivalentes a 58,7 Mt de CO2, claramente inferior a los 74,2 Mt de CO2 que era el objetivo al que se había comprometido España cuando firmó el Protocolo de Kioto.
Estamos hablando solo del sistema eléctrico, no de todo el conjunto de emisiones que corresponden a España –que sigue estando por encima de nuestro compromiso global-, aunque acercándonos al objetivo.
Si aplicamos al sistema eléctrico el criterio establecido en el acuerdo al que llegó España para el cumplimiento del protocolo de Kioto de ajustar el total de las emisiones de gases de efecto invernadero a un nivel no superior a un 15% más del correspondiente al año de referencia, 1990, durante el período 2008-2012, y dado que en España, en 1990, las emisiones del sistema eléctrico fueron 64,5 Mt de CO2, correspondería para cumplir el compromiso no superar en 2012 una cantidad de 74,2 Mt de CO2. Y este año, 2010, hemos bajado la cantidad de emisiones a una cifra notablemente inferior, 58, 7 Mt de CO2.
Este cumplimiento se ha conseguido gracias a dos factores
- El menor consumo de electricidad (4140 GWh si lo referimos a 2008) -como consecuencia de la crisis económica, y por tanto menores emisiones (1,5 MtCO2)-.
- La creciente importancia de la contribución de las energías renovables a la generación de electricidad en nuestro país, que ha pasado de 26184 GWh en el año de referencia 1990 a los 88153 GWh en este año que termina. Desde el 2007, el ascenso de la generación con renovables supera de manera continua a la generación a partir de carbón y nuclear.
Esta cantidad de electricidad de origen renovable ha evitado la emisión de 84,7 Mt de CO2, si se compara con las emisiones en la generación a partir del carbón, o evitado la emisión de 32 Mt de CO2, equivalente si se compara con el valor de las emisiones del conjunto del sistema eléctrico del año 2007.
Como puede observarse la reducción de emisiones de GEI es mucho más importante en el caso de la generación de electricidad con renovables que las achacables al descenso de consumo consecuencia posible de la crisis económica.
Los beneficios de todo tipo que este hecho reporta a nuestro país son indiscutibles, incluidos los económicos puros, como son los referidos a los costes evitados de las emisiones de CO2 , la menor dependencia energética de España del extranjero con su consiguiente repercusión en la balanza de pago exterior; en este caso, especialmente la referida al carbón.
En definitiva, no se entiende como todavía hay quienes ponen en duda la conveniencia de seguir fomentando las energías renovables en nuestro país.
En 2010 nuestro sistema eléctrico cumplió con el Protocolo de Kioto